miércoles, septiembre 13, 2006

Parte VII.

EFECTOS DE UN PROGRAMA DE DANZATERAPIA SOBRE EL BIENESTAR PSICOLÓGICO Y LA IMAGEN CORPORAL

(Trabajo de grado para optar por el título de licenciada en Psicología de la Universidad Central de Venezuela. Aprobado con mención honorífica)

Antecedentes de la Danza Árabe

De acuerdo con Núñez (2004), una reconocida médica dedicada al tratamiento de pacientes por medio de la Danzaterapia Árabe en Chile, las raíces de la danza árabe son universales, más que limitadas a una región geográfica; en este sentido, en muchas partes del mundo las culturas primitivas desarrollaron expresiones semejantes, en las que el movimiento de caderas a veces suave, a veces vigoroso, era lo fundamental (hula de Hawai, sau sau de Isla de Pascua, la danza de los rituales de pubertad de los Kua Africanos, la danza pélvica de los Bafoitis en Loango, África Occidental). Con el desarrollo de las culturas primitivas y la llegada de la civilización se suprimieron los credos de las antiguas épocas basados en la creencia de numerosas deidades, así como los ritos ligados a ellos; de este modo, la danza pélvica femenina fue abolida en la mayor parte del mundo, pasando a ser en algunas, un entretenimiento profano. Una de las áreas donde más sobrevivió este tipo de danza fue el mundo árabe islámico.


Cabe destacar que, según señala Núñez (2004), los gitanos comparten un origen común en India y una lengua común rumana. Las primeras tribus gitanas dejaron India en el siglo V A.C. en busca de trabajo y huyendo de hambrunas, o por haber sido desterrados por mala reputación. En general eran juglares que vivían como actores, trovadores o bailarines públicos con vida y costumbres muy relajadas. Las primeras tribus gitanas migr
aron hacia el Oeste, pasando por Afganistán y Persia. En las costas orientales del Mediterráneo su ruta se bifurcó, unos continuaron hacia el norte por Turquía hasta Europa, mientras otros siguieron la costa sur hasta Egipto, donde llegaron alrededor del 1500 A.C., llevando consigo la danza. Las mujeres danzaban moviendo su vientre como símbolo de entrega de su fertilidad a la tierra, para lograr cosechas abundantes.


Con el paso
del tiempo, los conflictos bélicos se apoderaron de esta región, lo que llevó a que la danza perdiera su carácter ceremonial, y con la llegada de los romanos, pierde también parte de su anclaje en la tradición, pues, la civilización cambió y se desecharon antiguos credos, con frecuencia brutalmente, para dar paso a los nuevos. Fueron los antiguos semitas quienes primero destronaron los viejos credos basados en la mujer y sobrevino el cambio hacia el patriarcado; tomó siglos el suprimir la fe en las diosas y todavía se hallan vestigios del culto a seres femeninos en las religiones actuales.


En el 650 D.C., según los planteamientos de Núñez (2004), el me
dio oriente es invadido por los árabes, cuya cultura lo impregna todo, incluyendo el baile. Así entre los siglos IV y VIII D.C. el Cristianismo y el Islam llegan a dominar esta zona. Para establecerse debieron destruir los rituales asociados a la veneración de diosas, erradicando la danza femenina propia de celebraciones de sexualidad y fertilidad. A medida que el culto a las diosas desaparece, las danzas se convierten en un recuerdo y donde logran perdurar dejan de tener un sentido religioso y pasan a ser una actividad mundana de entretenimiento y luego una expresión artística creada mas con propósitos de observación que de participación.


Mientras en los países en que se practicaba rigurosamente
el Islamismo, como Palestina, Arabia Saudita o los Emiratos, la práctica de este baile estaba prohibida, en Egipto las bailarinas tenían un alto rango, y como se les prohibió mostrar el vientre, bailaban enteramente tapadas pero con telas ajustadas en el abdomen para destacar el rito original.


Mucho despué
s, con la invasión Turco-Otomana a Egipto, lo suave y delicado de los movimientos de la danza, pasan a ser movimientos más sensuales y provocativos. Dicha transformación ocurre dentro de los harems, ya que los sultanes turcos tenían, además de sus cuatro esposas, entre 60 y 100 concubinas, que, para acceder al sultán y salir así del encierro permanente del harem, bailaban su danza en la forma más llamativa y provocadora para captar la atención del sultán. Las primitivas descripciones que los Occidentales hicieron de las bailarinas, hicieron nacer el término “Danza del Vientre”.

Núñez (2004) plantea que posteriormente, el baile llegó a Europa y luego al resto del mundo, ya transformado más bien en un espectáculo o forma de seducción. Famosa es en ese sentido la holandesa Gertrudis Zelle, mas conocida como la espía Mata Hari fusilada en octubre de 1917 en París, durante la primera guerra mundial. Esto demuestra cómo la sensualidad y atractivo de esta danza fue utilizada con los más diversos propósitos.



Antiguamente, debido a la sensualidad que pone en juego, era un gran modo de comunicar; se decía que a través de este baile se podían manifestar todas las emociones como los celos, la depresión, el amor, la tristeza, el odio, el enojo, el orgullo, el arrepentimiento y la alegría. Más recientemente, Samara (2004) plantea que la danza árabe (también llamada raks sharki) se ha convertido en una disciplina en auge
en todo el mundo, lo cual viene a recuperar su simbología inicial, relacionada con elementos estéticos, pero más allá, de manera directa con la feminidad, además de presentarse como una alternativa para “estar en forma” de una manera más creativa, menos agresiva y más orgánica en relación con otro tipo de ejercicios.

Beneficios e Indicaciones de la Danza Árabe

Núñez (2004), expone que la Danza Árabe requiere una gran capacidad articular y de elongación, a la vez que se necesita flexibilidad y capacidad aeróbica. Esta danza es altamente recomendada para combatir el estrés y expresarse interiormente.

En este sentido, y de acuerdo con diversos autores, se pueden citar numerosos beneficios para el cuerpo y para la mente que se encuentran habitualmente asociados al ejercicio que implica este arte. A nivel físico se verifica un mejoramiento de la circulación sanguínea, del tránsito intestinal, el dolor menstrual y la postura de la columna vertebral, mientras que a nivel psicológico las ventajas observadas son en relación a la adquisición de una mejor compensación corpórea, relajación de las tensiones y de un aumento en la sensibilidad que conecta con la feminidad (Cantarella, 2001).


Partiendo de la idea de que un encuentro con la Danza Oriental es una ocasión del todo personal, se puede comprender cómo, desde cierto punto de vista, esta contribución hacia el establecimiento de un espacio íntimo da pie a la posibilidad terapéutica. Sin embargo y de acuerdo con Cantarella (2001) es importante señalar ciertos puntos que forman parte de las consideraciones terapéuticas para la aplicación de esta técnica:

  • Los beneficios de la danza del vientre dependen de la habilidad y de la constancia de los participantes, así como de la competencia del maestro. Esto implica que no todas las afecciones son susceptibles al tratamiento con la Danza Oriental, consecuentemente el punto común entre el tratamiento y los objetivos de la Danzaterapia se fundamenta en el profesionalismo del instructor y la experticia de éste.

  • La Danza Oriental, en su forma terapéutica, representa una forma de Danzaterapia, pero no excluye la necesidad de alternar con otras formas de intervención en el tratamiento del padecimiento psicológico.

  • El grupo de danza puede no haber nacido como un grupo terapéutico, pero existe la posibilidad de funcionar contribuyendo positivamente como actividad psicofísica que actúa en pro de la recuperación.

  • Es siempre útil conocer la opinión médica respecto a la iniciación en un curso de Danza del Vientre y en particular conocer el problema que piensa atacarse con este tipo de intervención.
Resumiendo los puntos ya expuestos y haciendo una integración de los mismos, se puede hablar de una propuesta de investigación dirigida a la observación y descripción de la práctica de la Danza Árabe como una terapia que permite abarcar varias magnitudes (física, psicológica, mental, social), de manera simultánea, al permitir la activación de la capacidad de verbalización del contenido psíquico disruptivo a la vez que permite la expresión y elaboración del elemento perturbante. Marcolongo y Saccorotti (1995) plantean que, en su experiencia, la Danzaterapia actúa superando algunos mecanismos de defensa que pueden ser reforzados por el tratamiento verbal; así mismo, plantean que la función terapéutica de la Danza Movimiento Terapia se relaciona con el redescubrimiento de la persona, con una aproximación que va más allá de la psicoterapia tal y como se conoce en la actualidad, y que tiene como finalidad un tratamiento más holístico del paciente, por lo que en esta investigación se buscó la promoción del Bienestar y una mayor aceptación de la propia Imagen Corporal a través de esta nueva aproximación al conflicto.

En la próxima entrega les contaré exáctamente de qué se trató nuestro Programa de Danzaterapia :)

Mariana Bellydancer.

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